Por ALEXIS CASTILLO
Aeropuertos Brizna sobre el chaleco verde de la niñez. Agua sobre el pavimento gris de la ciudad. Sol del amanecer: autos, calles, edificios. No saben lo difícil que es estar en un aeropuerto. Casas baldías, chaquetas fantasmas, mudos roperos. Parques solitarios, edificios abandonados. Hospitales asilos imaginarias prisiones. No saben lo difícil que es estar en un aeropuerto. Irreparables artículos del hogar: enceradora, lavadora, aspiradora, televisor, radio, angustia y pánico. No saben lo difícil que es estar en un aeropuerto. Pesados abrigos colgados de la cuerda floja como la tarde que veíamos caer desde el corto y angosto patio de la juventud. No saben lo difícil que es estar en un aeropuerto. Libros bajo el parrón de la locura. Lápices y cuadernos como fármacos. Perros desvelos de la noche. No saben lo difícil que es estar en un aeropuerto. Servilletas marcadas con rouge pasajero. A medias la copa de tristeza sobre el mantel: despiadados recuerdos, amargas derrotas, torvos reflejos. No saben lo difícil que es estar en un aeropuerto. Guardias de lo sagrado: pan, vino y soledad. Ronca sombra del nogal enmohecido. Inexorable bosque negro de la muerte. No saben lo difícil que es estar en un aeropuerto. Amanecer Ceniza Amanecer ceniza que subes desde el fondo del pozo. Gris ido cuando miraba desolado desde la ventana en casa de un amigo de otros años. Amanecer que vuelves ahora en esta plaza en donde espero a una muchacha que no amo ni me ama. Tienda de caza y pesca Entro. Miro un escaparate. De arriba abajo. Rifles negros. 2 tipos tras el mesón: hablan. Doy la vuelta hacia el otro escaparate: anzuelos para la pesca con mosca. Desde ahí al mesón de vidrio. Armas, pistolas diferentes. Veo su valor, las observo con detención. Los tipos callan. Luego salgo. Nadie dice nada. Nadie da las gracias.
Metro “Ando solo en una multitud de amores” Dylan Thomas Atestada la gente. Rostros, cansados, enfurecidos, tristes. Yo de pie frente a la puerta de salida. Miro mi rostro en el vidrio y me gusto, me veo bien. A mi lado una joven rubia, me toca. Pienso en que quiere que le hable. Antes había pensado yo en hablarle. Suben y suben pasajeros. El metro avanza. El aire sofocante. Ella se baja en República. Yo en Universidad de Santiago. Exposición de Gris Colección de cuadros de Gris. Naturalezas muertas. Un joven calvo en una esquina pinta o dibuja. Salgo me miro en unos espejos, y sonrío. 2 semanas después entro nuevamente. Sigo viendo los cuadros que me faltaban, ahora con más detención luego de recordar unos versos de Omar Lara. Me quedo en un cuadro de Joaquín García Torres. Un grabado con un toque infantil y rupestre. Abro un libro. Lo cierro. Salgo. Nuevamente me miro en los espejos. Ahora serio.
Acento Mexicano Después de haber dormido, toda la tarde despierto. Obviamente. Reviso Revista Nomedites N|°8 que nos trajo Matías desde México. Leo reseñas sobre Mario Santiago y Roberto Bolaño. Veo fotos. Me saco y me pongo los lentes. Abro la ventana de mi cuarto y de pronto me pongo a leer entre otras cosas un poema de Mario Santiago con un acento mexicano
Después de leer Niebla Veraniega de Raymond Carver. Desde hace meses suena el teléfono por las mañanas, a veces contesto, otras no. Vivo en un edificio que me recuerda lugares donde he estado. Suenan relojes, puertas, ventanas, el tirar de cadenas de W. C. Por las mañanas miro el cielo, últimamente niebla o cielo gris. Paso de la angustia a la rabia paso de la rabia al miedo. Ya casi no converso con nadie.
Yo y mis pensamientos Para la señora Marina Vergara Bannen Desde hace algún tiempo que no puedo estar solo, solo, yo y mis pensamientos. Se filtran mis ideas, me leen las ideas. Frunzo el ceño y ni así puedo. Voces, en mí. En mi cabeza. Espero que llegue el día en que pueda volver a estar yo solo y mis pensamientos.
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